La psicóloga Andrea Lozano trabajando con las reclusas de la cárcel 'El Buen Pastor'.
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Prensa/ Maua

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Reclusos de cárceles exploran su faceta creativa gracias al Maua

El museo realizó el plan piloto de realización de máscaras, entre otras actividades en diferentes penitenciarías de Barranquilla.

El único “peligro” por el que pasaron la psicóloga Andrea Lozano y los integrantes del equipo del Museo de Antropología de la Universidad del Atlántico durante sus visitas a las penitenciarías de la ciudad como parte de una campaña de creatividad, fue la amenaza de quedarse sin materiales cuando estaban en los talleres de máscaras.

Mediante este programa, el Museo de Antropología de la Universidad del Atlántico busca sensibilizar a los reclusos de los diferentes centros penitenciarios de la ciudad de Barranquilla acerca el papel de los museos como instituciones al servicio de la sociedad y herramientas de transformación social. 

Reclusos de otras penitenciarías también trabajaron con máscaras.

Por medio de un ciclo de talleres, se promueve en los internos el trabajo cooperativo y la confianza en el otro, al tiempo que el Maua apunta a cambiar los imaginarios culturales tanto en reclusos como la comunidad externa de que todo aquel que comete un delito incurrirá en él u otra infracción legal póstumamente a su tiempo de reclusión. 

El museo realizó la propuesta “Museos espacios de paz” en marzo de este año, en el marco de la celebración del Día Internacional de la Mujer y el Día Internacional de los Museos. Los resultados obtenidos en este piloto indicaron un gran índice de aceptación tanto en los internos como en los administrativos de las áreas de atención y tratamiento y áreas de apoyo psicosocial de los centros penitenciarios. 

Fueron alrededor de 100 reclusos participantes en los cuatro talleres realizados en lo corrido del presente año, los cuales consistieron en la construcción de origamis (creación de figuras en papel) y la realización de máscaras a base de vendas de yeso. Luego de su creación, los internos tuvieron la oportunidad de exponerlos a sus compañeros y familiares en el horario de visitas.

"Al final del taller se sintieron satisfechos con su trabajo, dijo la psicóloga",

Según la psicóloga, la idea es que este tipo de actividades se sigan realizando y que se consigan patrocinadores o alianzas con diferentes organizaciones para  seguir llevando este tipo de proyectos a las cárceles.

“Los reclusos estaban muy contento. De verdad se apreciaba el compromiso que tenían durante el taller. Algunos no se querían ir porque era una forma de distracción” agregó.

 

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